Retomando el hilo (carta al personaje Pedro de la obra "Pedro y el Capitán" de M. Benedetti)
Retomando el hilo.
Veras Pedro, ¿o será mejor hablarle de usted? Me veo en la necedad – ¡si, necedad!- de agarrar papel y pluma para hacer algunas preguntas,
hace 12 años que le ¿te? conocí, fue en la preparatoria y por ahí empezaba a hojear
sobre guerrilla, sobre los zapatistas, algo de política y sobre todo leía a uno
de los “paisanos” de tu ¿su? “creador”,
Eduardo Galeano, que como dice Marcos, son dos intergalácticos que viajan con
pasaporte uruguayo. Retomando el hilo Pedro, resulta que la necedad de mis
pensamientos fue tanta que esta vez no pude ignorarlos (y eso que soy bastante
bueno para eso, pues inicié hace 10 años mi análisis) está bien lo siento Pedro,
intentaré no seguirme desviando del tema como lo hacía sin querer el capitán, y
menos después de ver su ¿trágico? Final, pero es que no podía escribir sin
dejar pasar la oportunidad de hacer
alguna broma sobre el análisis, tal como lo hiciste ¿hizo? Cuando el capitán te demandó que fuera(s) su
analista, fue genial el sarcasmo de la respuesta, incluso créeme que se te ¿le?
nota vocación para eso y no me sorprendería que no te fueran ajenos algunos
nombres como Marie Langer, Pichon Riviere, Rascovsky, Juan Carlos Pla, Berta
Blum, Foladori, Braunstein, algunos de ellos activos en el movimiento izquierda
freudiana y/o miembros de plataforma internacional, ¿Qué cómo conozco esas
historias? Obviamente llegué tarde a esa cita, y si, siempre es tarde cuando la
dicha es mala, pero resulta que alguna vez cayó en mis manos un libro rojo que
justo en estos momentos extrañaría, pues me serviría mucho para continuar esta epístola
si mi propósito fuera hacerle ¿hacerte? una reseña histórica del psicoanálisis
y la izquierda, pero que conste dos
veces y las que sean necesarias que no es ese mi propósito, aun así y ante todo
pronóstico, el libro me fue regalado y después arrebatado por una mujer que... Pero
retomando el hilo Pedro ya se asoman esos pensamientos que motivan esta carta
¿cierto? Eso sin contar la pregunta de ¿por qué carajos no me defino en el
trato de tu o de usted? Y la angustia me crece cuando vuelvo a pensar en el
capitán y en que es la segunda semejanza (por lo menos hasta ahora) que siento
compartimos. Y es que en definitiva hay un par de palabras que en el dialogo
con el capitán me resuenan y me agitan como un temblor y es que cuando escribo
así como cuando trabajo Pedro, confirmo lo dicho a el capitán “En su afán de extraerme lo que se y lo que
no sé, usted no advierte que se va mostrando tal cual es” Pero retomando el
hilo y yendo al grano Pedro, ya es hora de mostrar mis cartas, la primera es:
¿puede alguien convertirse en un monstruo sin haber tenido que pasar por las
atrocidades -esas a las que le llaman entrenamiento- por las que cursó el
capitán? Yo no conozco Fort Gulick, ni tampoco algo que se le parezca, bueno
vivo en México, específicamente viví en Monterrey en la época del 2006 al 2011
y sé que no es poca cosa, pero como usted ¿tu? Dice(s) eso “no alcanza como
explicación” “no todos se realizan” agregaba el capitán. Retomando el hilo Pedro,
la verdad es que no me considero un chico duro, y aunque una vez me
confundieron con un traficante y en otra me intentaron agredir y amenazaron mi
integridad por no mencionar las noches en que sueño que tomo veneno o me
envenenan la comida, no me alcanzan de explicación para comprender por qué la
pregunta y tu (¿su?) dialogo se volvió indeleble en mi memoria, por ejemplo Pedro,
a los trece yo también quise tener una carrera de vagabundo –o de linyera como
dicen los sudacas- nunca la tuve tal cual y a decir verdad, la suya ¿tuya? que
duró un día (bueno algunas horas), una vuelta a la ciudad (bueno al barrio),
dos especiales de jamón con queso y una malta (ahí si no agrego nada), la
considero una experiencia más ruda que la mía, a excepción que durante unos
años en mi adolescencia viví cosas que significaron una especie de exilio, pues
conviví con gente y conocí lugares que… Pero retomando el hilo Pedro también he
de confesar que yo no poseo una información tan delicada como la que el capitán
estaba interesado en obtener, me refiero a los paraderos de Gabriel, Rosario,
Magdalena y Fermín, información que amenazaba (¿o posibilitaba?) su ¿tu? existencia,
por eso mi segunda pregunta es: ¿será posible que en ausencia de esa
información alguien pueda sentir en peligro su integridad y se manejara como si
poseyera un saber peligroso, incomodo, delicado, del que todo mundo se deslinda?
Es decir vivir como un ¿muerto o un loco? Al fin de cuentas aislado y que se entregó a
una idea, un modo de vida y ¿lo peor? estar terriblemente convencido de eso,
mira ¿mire? Que en una ocasión también de adolescente tuve una visión, vi de
cerca la esperanza el detalle es que una vez vista, ocurre algo muy parecido
como cuando uno ve la verdad: ya no puede olvidarla. Supongo comparte(s) esta
idea, por eso mi conclusión momentánea es que se tiene que elegir la verdad o
la felicidad, no se pueden tener ambas…. Retomando el hilo Pedro ojala mi mala
costumbre de pensar se hubiera detenido ahí, pues no conforme empieza uno a
buscar la verdad terca y obstinadamente en los ojos de sus semejantes, de sus
amigos, de sus amores, a la espera de un rencuentro con esas experiencias y
muchas veces (por no decir la mayoría) el resultado es doloroso Pedro, pues
sentirse sin interlocutor, sin alguien que te continúe el dialogo mientras una
hoja en blanco y una pluma sea quien posee la mayor dosis de comprensión y de
interés… ¿entiende ¿entiendes? mi pregunta?, a ver, por ejemplo Pedro el
trabajo al que me dedico requiere cierta dosis de soledad y abstinencia
(generalmente más la segunda que la primera) pues consiste en lidiar con muertos que se creen vivos,
fantasmas exhumados y expulsados de los continentes de la razón que sin
nacionalidad ni pasaporte, sin patria ni matria punzan por ser aceptados y todo
esto ocurre mientras me siento en un sillón rodeado de otros muertos, más
muertos en formas de libros y estatuas, y cuando salgo a la calle y a mis
amigos, amores y ex amores les digo que esos muertos viven, me siento en medio
de un desierto portador de una verdad trascendental, osea si, un loco más que
un muerto…. Pero retomando el hilo Pedro y para no ser acusado de ambiguo,
redundante, desesperante y odioso, y para que a esta carta no sea acusada de
tímida y tartamuda, de no emprender un vuelo y dar si acaso unos cuantos
brinquitos, paso ya a despedirme con la última pregunta, de todo lo expuesto,
lo dicho, lo escrito, lo confesado, lo des hilado y lo cosido, de los hilos
colgantes y menguantes: de tantos hilos expuestos ¿Cuál hilo retomo Pedro?
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